Internet kills the mass media star (no tan deprisa)
Es común entre los superusuarios de Internet la creencia de que representan fielmente el universo poblacional y que todos los ciudadanos abrazan igual de enfervorizados que ellos todo lo referente al social media. Si a esto se le añade cierto mesianismo positivista, el resultado es el siguiente: los bloggers de referencia proclaman el triunfo de Internet en todos los ámbitos de la vida y la esfera social.
¿Qué esto sucederá? No me cabe la menor duda. Pero que las relaciones online y offline son todavía mucho más complejas, también. Y que no se puede desechar en el engranaje del dictado de las influencias a los mass media, por supuesto.
Hablemos de política y de Internet, por ejemplo. Tanto hablar de Internet como la revolución para la política y, hasta ahora, lo más que ha revolucionado Internet es la comunicación política. Y hasta un cierto punto. No confundamos términos ni queramos ser los iluminados mesías y gurús de un imposible, que un día se convertirá en posible.
Recordemos a Howard Dean y veamos el ejemplo de John Edwards en la carrera de las primarias del partido Demócrata estadounidense. Lean este interesante artículo y comprenderan de lo que estoy hablando. Estudiemos mejor las relaciones entre los medios online y offline, y hagamos pensar a los políticos que una campaña en Internet puede estar bien para recaudar fondos, crear redes sociales de apoyo y llegar a cierto electorado, pero que tienen que trabajar en el candidato, en su posicionamiento y en tratar de fijar la agenda. Ahí es donde se gana.
¿Qué esto sucederá? No me cabe la menor duda. Pero que las relaciones online y offline son todavía mucho más complejas, también. Y que no se puede desechar en el engranaje del dictado de las influencias a los mass media, por supuesto.
Hablemos de política y de Internet, por ejemplo. Tanto hablar de Internet como la revolución para la política y, hasta ahora, lo más que ha revolucionado Internet es la comunicación política. Y hasta un cierto punto. No confundamos términos ni queramos ser los iluminados mesías y gurús de un imposible, que un día se convertirá en posible.
Recordemos a Howard Dean y veamos el ejemplo de John Edwards en la carrera de las primarias del partido Demócrata estadounidense. Lean este interesante artículo y comprenderan de lo que estoy hablando. Estudiemos mejor las relaciones entre los medios online y offline, y hagamos pensar a los políticos que una campaña en Internet puede estar bien para recaudar fondos, crear redes sociales de apoyo y llegar a cierto electorado, pero que tienen que trabajar en el candidato, en su posicionamiento y en tratar de fijar la agenda. Ahí es donde se gana.